Marie Claire Gegera: La mujer que perdonó al asesino de su madre y ahora ayuda a su pueblo

Maria Claire Gegera, originaria de Burundi, vio con sus propios ojos, siendo una niña de 9 años, al despiadado asesino de su madre, a quien encontró mortalmente herida 13 años después, mientras hacía voluntariado en un campo de refugiados. Estuvo a su lado durante sus últimos días, escuchando su confesión. Estaba decidida a no desperdiciar su vida en el odio, sino a empezar de cero, liberándose de la sed de venganza. Y fue recompensada, pues hoy Maria Claire vive en paz en Génova, Italia, llena de pasión por su doble profesión: enfermera y fundadora de una asociación muy activa. “La caridad en movimiento",  comprometida a apoyar a las madres viudas y a sus hijos en Burundi, en primer lugar garantizando el cuidado y la educación de los niños.

La familia de Marie Claire quedó destrozada por la guerra civil en Burundi, uno de los países más pobres del mundo, que estalló en octubre de 1993 con un enfrentamiento interminable entre dos grupos étnicos, los hutus y los tutsis, y terminó con una paz muy precaria, recién en 2006, trece años después.

 Marie Claire tenía solo dos años cuando su padre, profesor universitario y diplomático, fue asesinado en Buyumburra, la capital económica de Burundi. Siete años después, su madre fue asesinada al entrar en la iglesia para asistir a misa (la mayoría de la población de Burundi es cristiana). Estas son las últimas palabras de la mujer que muere en los brazos de Marie Claire.

A los 9 años, Marie Claire quedó huérfana y fue deportada a Ruanda, donde quedó reducida a la esclavitud de una familia poderosa del país. Pero fue su fe la que la salvó: al asistir a la iglesia de su pueblo, Marie Claire fue protegida y ayudada a salir de la pobreza. A cambio, enseñaba catecismo y danza sacra a los niños de la parroquia donde, ya adulta, prácticamente se había dejado adoptar. A los 22 años, Marie Claire fundó la organización sin fines de lucro "La Carità in Movimento" (Caridad en Movimiento) y se convirtió en la líder de un grupo de voluntarios que expandió sus proyectos para familias pobres en Burundi. Entre estos proyectos se encuentra el "Proyecto Vaca", que consiste en la donación de una vaca que pueda producir leche para el consumo doméstico y la venta, ayudando así a alimentar a los niños y a apoyar económicamente a la familia. Quien reciba la vaca se compromete a: Dar a la comunidad el primer ternero que nazca del animal. Este aspecto es central: conectar desarrollo individual con ayuda colectiva, creando una cadena de solidaridad en la que cada familia ayuda a otra.