Dar, intercambiar, compartir: los grupos “No Compres Nada” que unen al barrio

Una iniciativa que nos ayuda a no desperdiciar aquello que ya no necesitamos y nos permite estar al servicio de los demás, fomentando relaciones de vecindad y nuevas amistades.

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I Grupos de “No comprar nada” Nacen de la idea de que la verdadera riqueza no consiste en acumular objetos, sino en compartir lo que ya tenemos y construir vínculos con quienes viven cerca. No son... mercados de pulgas Ni espacios para el trueque: todo se dona, sin condiciones. Objetos, tiempo, habilidades o pequeñas ayudas cotidianas, como prestar una herramienta, ofrecer un aventón o ayudar en el jardín, se convierten en oportunidades para crear comunidadEl proyecto se concretó en Estados Unidos en 2013, en la isla Bainbridge, gracias a Liesl Clark y Rebecca Rockefeller. La idea surgió tras una experiencia en Nepal, donde Clark observó comunidades donde compartir es parte natural de la vida cotidiana. De regreso a Estados Unidos, ella y Rockefeller imaginaron trasladar ese espíritu a las ciudades modernas, utilizando Facebook para crear grupos locales con límites específicos, como un barrio o una zona residencial.

La fuerza de Buy Nothing no reside sólo en la reducción de desperdicios, sino también en el valor social que nace del don. Participar significa redescubrir la vecinos y transformar gestos sencillos en oportunidades de conexión. Incluso lo que parece inútil puede cobrar nueva vida y convertirse en un medio para generar confianza. Un cochecito que se muda de casa, una planta regalada o una herramienta prestada pueden ser el primer paso para sentirse parte de una comunidad. Esta simplicidad devuelve el significado a los objetos, pero también a las relaciones y al espacio en el que vivimos. En una sociedad donde todo se compra y se consume rápidamente, Buy Nothing propone un camino diferente: más lento, más humano, más compartido.

Del primer experimento a la difusión global

En pocos meses, la idea se convirtió en una red de miles de comunidades locales. Cada grupo abarca una pequeña área geográfica para facilitar los encuentros entre vecinos y hacer accesibles los intercambios. Con el tiempo, también se desarrolló una aplicación específica, diseñada para evitar la lógica competitiva típica de las redes sociales tradicionales.

El movimiento llega a Italia

En Italia, el fenómeno surgió más tarde y al principio pasó casi desapercibido. El punto de inflexión llegó en 2021 con Verónica Saetti, una ciudadana de Módena que, tras descubrir el proyecto a nivel internacional, notó la falta de grupos activos en su país. Convencida de que la economía del regalo podía aportar beneficios concretos a la vida vecinal, fundó el primer grupo italiano: No compre nada MódenaEl objetivo no es sólo reducir el desperdicio, sino reconstruir la confianza y la reciprocidad, ofreciendo una alternativa real al consumismo.

El grupo creció rápidamente. Familias, estudiantes, jubilados y personas comprometidas con la sostenibilidad comenzaron a participar, donando no solo artículos, sino también tiempo y experiencia. Lo que inicialmente parecía una forma de deshacerse de objetos no deseados se transformó rápidamente en un espacio de intercambio y apoyo social.

Los grupos Buy Nothing en Italia

La red sigue creciendo y cada vez más ciudades experimentan con esta forma de donación comunitaria. Muchos grupos operan a través de Facebook y requieren una solicitud para unirse, manteniendo así una comunidad local y reconocible.

Estos son los grupos presentes actualmente en Italia:

En algunas ciudades, los grupos actúan por barrio, mientras que en otras existen como un único grupo regional. A menudo, donde no existe ningún grupo, los ciudadanos individuales forman otros nuevos.

Por qué no comprar nada puede transformar un barrio

El valor de Buy Nothing reside en su capacidad de dar nueva vida a los objetos, reducir el desperdicio y proporcionar a las personas lo que necesitan sin tener que comprar. En tiempos de aumento del coste de la vida, este enfoque representa un apoyo concreto. Sin embargo, la esencia del proyecto es social: participar significa romper con el aislamiento y forjar lazos de confianza. Lo que una persona ya no necesita puede ser esencial para otra. Para muchos, Buy Nothing no es solo una forma de ahorrar dinero, sino una experiencia que transforma su relación con los objetos y la comunidad. No es un cambio instantáneo: crece a través de pequeños gestos cotidianos que, con el tiempo, pueden transformar un barrio en una red más consciente y solidaria.

Fuente de la imagen de portada: Life in Abruzzo Buy Nothing Group/Facebook

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